1. Diferencias entre Literatura y Publicidad.

La Publicidad no deja de ser un acto de comunicación más, por lo tanto, en ella también encontramos algunos de los elementos presentes en la literatura, como por ejemplo el emisor. A pesar de todo, tendemos a considerar a la marca del producto como a la emisora, olvidándonos así del publicista, que es quien en realidad tiene el mérito creador. Podemos decir que la creatividad del creador en este caso queda oculta tras una marca o compañía. Sucede todo lo contrario en una obra literaria, en la que casi siempre conocemos el nombre de su autor. En el mundo literario es fundamental conocer el nombre, el lugar de origen y la época de un autor, pues de lo contrario no podríamos comprender al máximo su arte. 

No obstante, debemos señalar que en la literatura también existen los trabajos anónimos, bien sea por temor a las repercusiones que pueda suscitar la obra, o bien porque un autor escriba en nombre de otro. En esta última línea apreciamos un nuevo concepto que diferencia el mundo literario del publicitario: la colectividad en la creación. En la literatura encontramos muy pocas obras en colaboración, mientras que en la publicidad, por lo general, todos los anuncios son fruto del trabajo de varios autores. 

En la literatura aparecen numerosas funciones del lenguaje, pero las más destacadas son la expresiva y la poética. En la publicidad predomina la apelativa, pero de un modo casi oculto para no cargar de "agresividad" el anuncio. La razón principal de que se intente disimular al máximo la función apelativa en la publicidad es que ésta puede suscitar agobio entre los receptores. Por este motivo a día de hoy la publicidad se ha denominado de forma ligeramente despectiva "propaganda". 

A lo largo de la Historia ha habido diversos tipos de publicidad, pero la que conocemos hoy en día, la comercial, es la más reciente. Este tipo de publicidad surgió en el siglo XIX con la Revolución Industrial. Hasta entonces la publicidad había sido de tipo político o religioso, y con una función imperativa muy acusada. 

A día de hoy, numerosas campañas publicitarias están en estrecha relación con la literatura, llegando incluso a realizar campañas basadas en literatura.